Pretextos baratos pero que valen la pena.

(De mi nuevo libro: Análisis de la apestosa superación personal y conductas humanas estúpidas ).

Haciendo una brecha en mi tan precioso y escaso tiempo en estos días, me ví obligado a unirme al sentimiento patriótico y deportivo que despierta el fútbol. Ya en plena investigación de campo, llegué a la conclusión de que somos capaces de unirnos y divertimos, de entregar el sentimiento por cualquier cosa por muy importante o estúpida que sea, pero con el simple hecho de “representar” a nuestras respectivas naciones creemos que el pasado, el presente y el futuro de las mismas se juega ahí; Que si el Miss Universo, que el Festival de los Eurovisión (Tengo que aclarar en este paréntesis que soy uno de los pocos latinos que creo que los ve sin falta cada año. ¿Por qué? Porque insisto que en mi otra vida fui europeo, aunque hoy soy un mexicano orgulloso, enamorado de América y de mi tequila, de mi gente y comida, pero que tengo como amante a Europa y especialmente a España) las Olimpiadas, y por supuesto, no podía faltar…chachachá chaaaaaa!!....(Tambores) ¡El Mundial de Fútbol!. Ese evento que hasta el menos deportivo, mujer, hombre, niño o anciano, ateo o creyente, prostitutas, profesionistas, letrados, Presidentes, enfermos terminales, pescadores, ladrones, heladeros, filántropos, administradores, peluqueros, bailarinas, parteras…(No me lo fusilé de el comercial de Coca-Cola) interesa. Ese mismo que deja a las masas con la boca abierta, gritando, con la cara pintada, la camisa representativa de la selección nacional y que nos convierte en técnicos o jugadores por unos momentos. Todo a través de un pedazo de plástico llamado balón y de una bola de weyes que chistosamente lo patean quitándoselo a los contrarios, intentando llevarlo hasta la guarida del otro, venciendo al último obstáculo ahí parado con guantes y anotarlo…¡GOOOL!... así se le llama a esta ultima y tan apasionada meta.

Lo mejor es el espíritu con el que los recibimos, bien patriotas, sin importar que no sea el día de nuestra independencia o la revolución de 1910 en el caso de los mexicanos…No pueden faltar las cervezas (cheve, chela, chevita…) Ya sea en versión cuarta, media o caguama. Las botanas que por su gran variedad, convierten a las casas en restaurantes o en la multiplicación de los panes y pescados, porque donde come uno comen 30 cabrones. Todos, todos en un mismo sitio dirigiendo al equipo, fumando, empinando la botella y atascándose con los tacos y las tostadas de fríjol, atún, los chicharrones, discutiendo entre cada jugada, bailando y cantando…¡Vamos México…lalalala!..O el culerooo…culerooo…Oleee..ole…oleee..oleee…lalala.-..lala…Sin faltar los comentarios de las damiselas sobre las bellezas y físicos de los jugadores o los de los nuevos técnicos, especialistas o comentaristas sobre jugadas o como hacerle pa’ganar el partido.¡Ay que bonito!, ¡Cuanta unidad!...Todos se comportan como verdaderos animalitos irracionales, como fichitas de juego en un tablero…Pero todos juntitos y hermosamente hermanados, por lo menos en este tipo de ocasiones. ¿Cuántas necesidades tenemos realmente para llegar a poder vivir y celebrar este tipo de eventos?, ¿Qué tan tontos o inteligentes somos para actuar de esta y otras maneras?...

Jugar como nunca, perder como siempre, “salirte” del mundial, enrollar tu banderita y guardar tu playera pa’dentro de cuatro años, y emborracharte de decepción, de tristeza, porque el mundo se te viene abajo, porque el gol que para ti significo todo, después se convirtió en nada. Pero insisto, emborracharte, convivir, emborracharte, fumar, emborracharte, comer, emborracharte y emborracharte…Ese es el resultado del gran pretexto llamado Fútbol y de cualquier evento de índole mundial.

Hoy fue Alemania, en cuatro añejos será Sudáfrica…Aunque estoy seguro que otras múltiples excusas saldrán. ¡Y basta ya de hablar de fúbol, por lo menos hoy!. Pero acepto quiñuela o apuesta sobre la final y el ganador.

Comentario final fuera de lugar.

De nuevo pude regresar, aunque creo que de nuevo por múltiples razones me tendré que ausentar. Pero no os lloráis, pronto regresaré hijos míos. Pero estaré comentando, navegando por sus respectivos blogs e intentando hacerlo pronto. Creo que últimamente mis post se han extendido mucho más de lo debido, pero ni p2, lo tomaré como una manera de desahogo, de hecho lo es.