Mi primera vez.

Creo que será una de las pocas veces, o posiblemente la ultima, en que trataré un tema escabroso y personal como lo es el que tocaré en este post. Pero creo que es lo suficientemente importante, por lo menos para mí, hablar de ello.

No se si sea normal o poco normal, fuera de los parámetros, inusual o hasta raro, que desde mi adolescencia o antes, tenia en mente, una mente muy cochambrosa, malévola y enferma (ja-ja-ja risa maléfica) hacerlo. Pero no fue del todo mi culpa, he de confesar que mi entorno familiar fue el primero en crearme este tipo de mentalidad, o peor aun creo que lo traigo por genética. Pero la planeación y el sueño de este día estaban en mí desde que era un mocoso que aun veía toda la barra de cuanto canal de caricaturas existía y jugaba al circo, a la corrida, a las luchas, y por supuesto en múltiples ocasiones llegué a intentar poner en marcha ese sueño del cual les hablo, y digo intentar porque a nadie o casi nadie de mi generación le interesaba, por lo menos en aquellas remotas tierras medievales de la infancia. Pero al cumplir mis dieciocho, parecía ser ya un rito obligado y establecido, aunque para tristeza mía y de otros tampoco pude. De querer si quería, pero de poder no podía comentaba.

Después de la larga espera, después de tanto hablar sin tener aparentemente experiencia e intentar poder darme el valor necesario como hombre, lo he logrado. Llegó el momento, asistí a la cita y sin afán de presumir o ser poco humilde ¡Cumplí y cumplí bien! Dejando a mas de una persona satisfecha.

Todo fue tranquilo, un poco nervioso y hasta posiblemente asustado, pero feliz, contento, emocionado... El rito se preparó cautelosa y celosamente, aunque he de reconocer que por momentos, por tanta presión de la que últimamente he sido victima, hasta se me olvidaba o mejor dicho, intentaba imaginar o creerme que así pasaba. La elección sobre con quien sería no fue difícil, al contrario, fue rápida, fácil, certera y bien pensada. Muchas y también muchos se me ofrecían, no en vano me dicen el Brad Pitt mexicano. Pero mis ojos estaban puestos en tres personas que cumplieron los requisitos y pasaron a la final, y para no desperdiciar a nadie, la tuve que tener con los tres y al mismo tiempo, o sea, un trío.

Pero no piensen tan mal de mí, no hay nada de sexoadicto en mí, porque para empezar a aclarar este asunto, no hablo ni siquiera de sexo. Hablo de mi primera vez con las urnas, con la democracia, con mi país. Y ustedes pensarán ¡Ay que patriota y demócrata es este muchacho! Y yo les respondería si estuviera la conexión telepática ya establecida entre nosotros ¡Pues si, aunque no lo crean!. Por eso decía que cumplí bien, porque hice caso al llamado de participación al que fuimos convocados millones de Mexicanos ayer domingo dos de julio, cumplí con mi familia, cumplí conmigo mismo, cumplí con México. Para empezar me siento plenamente satisfecho de eso y de haber marcado el logo del partido (que por cierto fue el mismo) y de sus tres candidatos, porque quiero que las cosas sigan mejorando, que las cosas sigan avanzando y poder desarrollarnos como pueblo y como nación aun más. Pero mis discursos triunfalistas, demócratas y políticos los dejaré de un lado, por lo menos en este rincón utopíano, donde la democracia es perfecta y efectiva en su totalidad.

Después de intensos meses de campaña la fiesta a la que asistí parece culminar, aunque de una manera que parecía imposible: Parece no haber un resultado certero. Pero en lo particular me da la impresión que este será espectacular y benéfico para todos.

¡Mi primera de muchas que espero tener!.