¿Y cómo está todo?

Ciertamente ha pasado bastante tiempo de no escribir por estos rumbos. Suelo pensar cuando entro y ver que ya casi no llegan comentarios, que muchos otros blogs parecen abandonados, otros no tantos, y así por el estilo que tal vez la “fiebre blogueril” empieza a ceder, posiblemente se deba a que muchos de sus creadores tienen ya muchas ocupaciones o tal vez nuevos medios para expresarse. No sé a ciencia cierta cual sea mi caso, podría citar múltiples excusas; pero hoy de repente, me nació el apetito por recurrir de nuevo a este lugar a escribir, así de simple, no sé si alguien lo leerá o finalmente como siempre lo he hecho me escribo a mi mismo. Y cuando intentaba justamente escribir pensaba en lo mucho que la vida cambia, lo fácil y lo difícil que puede resultar en muchas ocasiones acostumbrarse a esas vueltas drásticas que damos en nuestra existencia. Ahora ya no voy a la Universidad, o por lo menos asisto solamente por cuestiones de la tesis que anda en proceso; por momentos me relajo y pienso en que pronto estaré por fin titulado, pero por instantes la angustia, el pánico, el miedo…se apoderan de mi imaginando qué es lo que seguirá después, peor aún en ocasiones me abraza un temor a no titularme por tantas cosas que me cruzan en la cabeza y a veces creo que es mejor que no lo haga tan pronto (una forma de huir de lo inminente). Aún ando en reacomodos personales, entre lo que quiero y la realidad. Mis días transcurren al parecer con cierta monotonía y cambian tan drásticamente que posiblemente ni yo termino de asimilar que sucede. Despierto y extraño estar en un salón de clase, pasearme por los pasillos de una escuela, convivir con compañeros y amigos que de verdad ya se extrañan. Por otra parte ahora suelo estar en aulas de vez en cuando, pero del otro lado al que estaba acostumbrado: dando clase como maestro suplente en múltiples grados de primaria. Y la política es ya una de mis inseparables amigas; tengo un cargo en la estructura partidista, al parecer también seré representante general del partido en las elecciones que se avecinan, de ahí que asista con mucha frecuencia a reuniones y a eventos, ya me ando puliendo en el arte de la oratoria y opinando a la par de gente que hasta hace algún tiempo tal vez ni me volteaba a ver por que era un “chiquito”. He mejorado en el continental y he pulido mi carácter; empiezo a detestar muchas cosas que antes al parecer me gustaban o por lo menos toleraba, sigo conservando a Dios gracias a muy buenos amigos, y a una gran familia. Tengo un ritmo de vida con subidas y bajadas, con estados de animo de igual forma…¡que razón tenían los que decían que los reacomodos son difíciles!, sobre todo cuando ya no se es niño. A pesar de todo lo negativo he de decir que si pongo en una balanza los días que actualmente vivo, saldría positivo, con mucha ganancia, por eso esta mañana cuando me cepillaba los dientes frente al espejo y me pregunté ¿Cómo está todo? Contesté: Bien, bastante bien!!