Uno de los formatos televisivos que más éxito y polémica ha causado a lo largo del mundo , sobretodo en Europa y en América han sido los llamados “Talk Shows”. Programas que tuvieron su inicio desde los años 50 , que poco a poco han ido evolucionando y que independientemente de ser dignos de un severo análisis sociológico y hasta antropológico, logran superar los estándares del rating televisivo de cualquier emisión famosa, dejando así jugosas ganancias a las respectivas televisoras y fama incontrolable a los o las presentadoras.
Pero mucho mas a fondo que las simples realidades, estos programas alcanzan gran furor entre el pueblo, sobretodo en EEUU, España, México y Sudamérica. Donde algunos que aun persisten se han vuelto verdaderas instituciones sentimentales y de beneficencia publica. Unos menos reales, elegantes y creativos que otros, pero al fin, estuvieron y están ahí. Y como fiel seguidor de estos programas “basura” como ciertamente pueden ser catalogados, me he dado a la tarea de mencionar algunos de los mas famosos, que cuentan con mayores elementos innovadores y que gustan al autor, o sea yo.
El Show de Cristina: Madre de los Talk Shows hispanos, presentado por la ya famosa cubana Cristina Saralegui, aquella rubia que ha congregado a las familias hispanas desde 1989. Es uno de los que se pueden considerar más sensatos porque para desgracia de los amantes de la sangre, los golpes e insultos están “prohibidos”, aunque de vez en cuando se escapa uno que otro.
Laura en América: Presentado por la polémica peruana Laura Bozzo, la Doctora como le llaman, no por ser medico, sino por ser abogada de profesión, ha adquirido uno de los niveles de audiencia más altos en toda América Latina. Creadora de esperanzas y sueños, la Srita. Bozzo como los panelistas cariñosamente le llaman, regala becas, asesoría jurídica, medica y psicológica, y por supuesto los famosos carritos sandwicheros y de caramelos, que seguramente gracias a ella deben de existir 20 por cada peruano. Al grito de: ¡Que traigan a fulano!...Laura a inmortalizado los golpes, jaloneos, gritos, insultos (hasta por parte del publico que participa directamente) cámaras ocultas e investigaciones secretas. ¡Pero señorita Laura, el es un cachirulo, un mantenio, no tiene vergüenza!...¡Que saquen a este desgraciao! Ordena la Doctora a la que le cantan: Se ve y se siente, Laura esta presente, se ve y se siente en el corazón, protege a los pobres y a los desamparados...
¿Qué crees?: Este talk show paso más rápido que una eyaculación precoz, pero levanto el sentimentalismo de los mexicanos al lograr reencuentros, ayuda medica y apoyos de diversas índoles para la gente que realmente lo requería. Utilizando el nombre del programa como frase celebre,Talina Fernández y su “Pues mi vida santa, ¿Qué crees?...Tú papá esta aquí y vino a verte después de 20 años”...Sin explicarnos jamás el porque la cara de sorpresa de los panelistas y del publico al que también le daban “sorpresas” cuando al ir a ese programa, supuestamente era más que obvio que las ilusiones y anhelos se cumplirían.
El Padre Alberto: Viendo que en todos los estratos sociales y sin división alguna estos programas han alcanzado seria popularidad, la Iglesia no permaneció ajena, o mas bien un pastor de ella, el Padre cubano Alberto Cutie, quien desde la cadena Telemundo presentaba casos menos drásticos y mas creíbles que los de los demás. Siendo más consejero, amigo y no juez o inquisidor como sus “colegas” conductores, creó una emisión más seria, con mayores posibilidades de diversión para toda la familia y con un estricto apego a la razón y a la fé. Pero el gran problema es que estuvo lejos de obtener el nivel de espectadores que tenían los demás, porque como entenderemos, la gente quiere otro tipo de entretenimiento, mas violento y drástico.
Cosas de la Vida: La dulzura televisiva de este genero llegó mucho más lejos cuando la televisora del Ajusco, o sea TVAzteca , lanza este producto conducido por la ya desaparecida Roció Sánchez Azuara. Aquella ojiverde a la que se siempre se le llenaban los ojitos pispiretos de lagrimas con los crueles y duros casos que le tocaban, que después fueron controversialmente criticados por su falta de veracidad y credibilidad. Aquí los golpes no se veían tan a menudo, pero las historias presentadas llenas de tristeza e infelicidad, sacaban más de una risa con las frases utilizadas y con la temática repetitiva de cada emisión.
Hasta en las mejores familias: Lo bueno viene de ultimo, y es el caso de este programa conducido por la una de las queridísimas reinas del cine de pueblo a la mexicana y de las telenovelas, productora y cantante de teatro ¡¡¡Carmelita Salinas!!!!. Ahí no faltaban los catorrazos, los golpes macizos, las injurias e insultos bajos, jalotones de pelo y embutidas a puño limpio, bajo el léxico único y tan fascinante de la conductora, que se ponía del tú al tú con los panelistas y con el publico, diciéndoles en más de una ocasión: ¡Mira mijo yo si te zumbo bien macizo, así que no me busques porque me encuentras mijito!. Sin faltar el jurado del bando de los buenos y de los malos, conformado por una enanita, un grandulón, travestís y ancianas con todo y silla de ruedas y oxigeno colgado. Pero lo mejor era el publico, de donde se podía hacer una película mexicana de “espantos” de esas de Chabelo o de la India María, por la cantidad de engendros que ahí yacían, como hombres lobo, personas con tres ojos, de orejas más grandes que las de Dumbo, gordas exuberantes y hasta extraterrestres!. Y como olvidar a los guaruras que cuidaban el “orden” y el buen funcionamiento del programa, esos tipos mamados y fortachones sacados de los barrios bajos de la ciudad capital y que hasta después siguieron con su fama haciéndola de bailarines y “cantantes”. Un excelente programa, digno de llevarse la corona y todos los premios habidos y por haber.
Como ustedes han leído (aún tengo la ingenua esperanza de que así será) estos programas esconden mucho más de lo que se puede ver. Y lejos de tomarlos como identificación o solución de los problemas, entretienen y divierten. Sin olvidar claro esta, que algunos sectores de la sociedad realmente los viven como la representación fidedigna de su vida. Mientras tanto yo me deleitaré disfrutando de cada uno de ellos, es más creo que algún día podré ir a alguno a presentar algun caso que ya me voy inventando.