El Rincón de la Utopía.

Bonitas piernas ... ¿A qué hora abren?...

viernes, febrero 29, 2008

...Tan cambiante...





Nunca deja de sorprender lo cambiante que es la vida y el destino. Hoy estamos aquí y mañana quien sabe. Así de fácil y a la vez complicado. De repente, se abren los ojos y el que era tu hermano menor, ya es papá (Fíjense nomás, que el Sir Hache es tío desde hace algunos meses), que la que es y será tu madre, ya es más tu amiga, y que él que es tu padre es más tu compadre, tu cuatacho, alguien a quien ya puedes hablar de frente y sin miedo. Que hasta hace un parpadeo me creía y me creían un chiquito, y hoy parecen convertirme en adulto; que los que creías que eran tus amigos hasta antes de fumar tu último cigarro parecen convertirse hoy en amigos de ocasión, y los nuevos amigos se transforman en los mejores, los de toda la vida siguen ahí, y los que se sabía eran los mejores, hoy parecen ser solo buenos compañeros, amistades ocasionales o conocidos. Los enemigos ya no lo son tanto, y los aliados parecen traicionar...















Somos una raza tan voluble y tan poco predecible.
Que nunca terminaré de sorprenderme.

lunes, febrero 18, 2008

Una pizquita…pequeña, pequeña, pequeñita.



Si los seres humanos entendiéramos que no sólo somos producto de una simple casualidad, de un ¡BOM! de organismos vivientes o de planetas, estrellas, sistemas espaciales, nadas…o de una tan “asimilable” evolución y de no sé cuanta cosa más que o nos explican, nos enseñan o nosotros mismos nos explicamos o queremos enseñar, y logramos mirar ciertos pequeños detalles que dejamos pasar en nuestra cotidianeidad, entenderíamos posiblemente que esta vida y todo lo que ella trae, no pueden ser ni simples casualidades, ni simples choques espaciales, ni científicas evoluciones…sino que podría tener un factor mucho mas excitante, tal vez menos comprensible, pero no por eso menos razonable. El hombre no siempre tiene que dedicarse a entender, también tiene que tratar de creer. Dejar la desconfianza y el derecho de la duda por algunos instantes, para algunas cosas. Mejor preguntar ¿Para qué?, que exclamar un impulsivo ¿Por qué?.


Los tiempos, los espacios, la nada, el todo, lo que viene, lo que va, lo que vemos, lo que imaginamos, la vida misma rodeada de esto, aquello, eso y más. Nosotros mismos como una maquina casi perfecta, una tierra de contrastes, diferentes formas de mirar, de entender, de ver, de oír, de olor…lo vivo y lo muerto. Lo que sigue después de hoy, y lo que viene después de mañana, lo que se fue. Lo que nos rodea.


Triste sería pensar en un fatídico final, que quedamos solo en la mente, y que nuestra trascendencia es casi inexistente porque estamos ligados a un pequeño limite de tiempo llamado vida. ¿Y si tan solo pensamos en seguir viviendo, después de ese lapso? ¿Y si pensamos en que nuestra maquinaria llamada cuerpo tiene una esencia intangible mas no falsa que se llama espíritu?. ¿ Y si pensamos que podemos creer, soñar, imaginar, confiar, amar, sentir, gozar, lastimar…? tal vez, solamente tal vez después de ello, de todo eso insignificantemente magnifico sabríamos por fin, que somos producto de una gran creación. Falta para eso algo indispensable, un poquitito, una insignificancia de fe en nosotros y en Él.