De las recetas de la vida.
Se aprende con el tiempo, cuando se pasa algún problema o penuria, conflicto o estancamiento que la vida nos va dando pautas, medicamentos, recetas, tips...para ir sorteando todo aquello que nos puede hacer daño (física, moral, espiritualmente...) Nos da muestra a los que tenemos la dicha de ver el rostro amoroso de nuestra familia, sentir su cariño y solidaridad. Nos da la vida muestra de remedios que podemos encontrarle en nuestros amigos, cuando se siente su aprecio, respeto y generocidad.
Por eso cuando se abren los ojos despues de una noche de convivir con ellos (familia y amigos, amigos y familia, familia o amigos) y se logra despejar la mente nos encontramos con algo sencillo: El mejor medicamento es un buen trozo de pizza, mucho té helado, risas y más, recuerdos del pasado y proyectos del futuro, una exquisita charla que incluya política, tecnología, vidas propias y agenas...Y despues de último un afectuoso y solidario "hasta pronto".
No crean, intuyan, piensen que un servidor iniciará su vida de escritor de libros de superación personal. Sin duda el mejor libro o la mejor recomendación está en uno mismo, en su fé, en su entorno...sólamente es cuestión de descrubirlo y tener paciencia, autocrontrol, pensar y ver siempre lo mejor y torear a la vida como venga.
Por cierto ciertamente extraño la chela o un buen whisky y fumarme un cigarrito completo, pero no hay mejor sustancia adictiva que las recetas mismas que la vida nos da, la cuestión insisto es descrubirla, asimilarla y aplicarla y ¡vaya que cuesta trabajo! parecería que en ciertos momentos no existe solamente, no se ve, no se entiende, no se comprende.
Chale, no quiero terminar siendo escritor de espacios de superación y "ANIMO SI SE PUEDE" en revistas de doñas, ancianos, espectáculos o religión...
