(mas calurosos que las pasionales novelas de vaqueras)
En eso tenia razón, ya estabas bastante madurito.
Bonitas piernas ... ¿A qué hora abren?...
En mi tierra, han iniciado ya los festejos anuales en honor al santo patrono, al Niño Dios, representado en una imagen artística, seguramente por los rasgos de la obra, traída a México por ahí del siglo XVIII (mediados por lo que se dice por ahi), misma que con una historia propia ha pasado por persecuciones religiosas y que resguardada por un grupo de fieles en una cueva se salvó de la destrucción; hoy como se ha hecho durante muchos años, se ha bajado de su nicho de la Parroquia dando comienzo así a ese desate de tradiciones y costumbres muy típicas de cada sociedad. A la par, en todo México empiezan las celebraciones a Tonantzin, la “de las serpientes” o “Nuestra Madrecita” en lengua náhuatl, Santa María de Guadalupe, la morenita que se apareció en el cerro del Tepeyac en 1531 a un indígena de nombre Juan Diego, cuando la división entre el nuevo pueblo era grande, convirtiéndose así en un factor de unidad para todos, dejando vivo testimonio en esa tilma expuesta hoy en el centro ceremonial y religioso católico mas visitado en América Latina y uno de los mas importantes del mundo. Esa que expertos, científicos, investigadores, etc han analizado y a la cual no se llega a una conclusión humanamente comprensible. Las antorchas, los cantos, las peregrinaciones, acompañan estas celebraciones que culminan el 12 de diciembre en honor a “La Patrona de México”, “La Emperatriz de las Américas”...esos nombres que distintos Papas y que el mismo pueblo le ha conferido.
Lejos de creer o no creer, de pertenecer a esa nueva ola liberal, escéptica, cuestionadora de todo, del hasta no ver no creer, de la científica, de la fidedigna, se trata de algo mas grande, algo simple pero poco comprendible: la Fe; de ese efecto neto de entregar sin dudar el corazón, el alma, la vida, el destino, el pasado, el presente y el futuro a una devoción, a un Cristo Jesús Salvador del mundo crucificado, a un Yaveh Dios dador y Supremo, a un Espíritu sagrado, a una Virgen maternal, a un Alá, a un Buda, a Visnú, a nuestro propio Dios o/y líder a seguir en caso de que alguno de los mencionados o creídos no sea propiamente uno de ellos, siguiendo la doctrina, norma, ley o sentir que este dicte.
Cuando se odia al reloj.
Diciembre inicia, y yo sigo aquí; muchos creyeron que estaba muerto, que me había llevado un OVNI, que me interne en un bosque o que me fui al Tibet a meditar, pero no, para desgracia de muchos y de mi mismo, al parecer hay Sir Hache para rato.